Horchatas ancestrales
La palabra “orgía”
tiene dos definiciones según la RAE, la primera definición es: festín en que se
come y bebe inmoderadamente y se cometen otros excesos. Y la segunda es: satisfacción
viciosa de apetitos o pasiones desenfrenadas.
Apuesto a que sabrán a cuál definición nos enfocaremos, pero
para los que sean nuevos en Sin Pena
les aclararé el panorama completo.
En la actualidad lo “socialmente
aceptado” al menos en la mayoría de las culturas es la monogamia, pero no
siempre fue así…
Grecia; sexualidad sin fronteras.
Los griegos vivieron su sexualidad sin tapujos, complejos,
ni culpas. La civilización se caracterizaba por su bisexualidad, es decir todos contra todos. Los griegos utilizaban a
las mujeres para la reproducción y tareas domésticas, ellos no esperaban amor,
amistad ni sexo placentero en sus mujeres, eso lo buscaban en compañía de otros
hombres, nada perdidos.
Los hombres recurrían a otros hombres porque el matrimonio
sólo era un acuerdo comercial, con el único objetivo de reproducirse, a las
mujeres las consideraban como incultas, limitadas y carentes de intelecto, sólo
se les consideraba para criar ciudadanos atenienses. Había sólo cierto tipo de
mujeres que sí estaban consideradas para ofrecer, amor, sexo y conversación,
eran las “prostitutas”, como cambian las reglas del juego ¿no?
En las festividades dedicadas a diversos dioses, como
Dionisio, Apolo o Afrodita, el principal ingrediente eran las orgías; llevaban
a los participantes a celebrar con danzas eróticas, baños rituales, y a
abstenerse de tener relaciones sexuales en días anteriores a la celebración
para vivir la orgía con toda intensidad posible, como quien dice si llevabas tu
tupper te alcanzaba hasta para el recalentado.
Roma ¿devoción o depravación?
Asimismo los romanos, heredaron celebraciones tales como las
Bacanales en las que se presume que eran fiestas en las que había más mujeres y
las Saturnalias, con su gran toque orgiástico. Cuando acabaron las guerras los
romanos les despertó el gusto por el salvajismo y la tortura con el fin de demostrar
supremacía. Los Césares por ejemplo eran gobernantes bisexuales que disfrutaban
del incesto, las violaciones, vestían como prostitutas y desde luego eran
participantes enérgicos en las orgías.
Pero pronto surgieron acusaciones de asesinato y de orgías
criminales ideas relacionadas con una mala interpretación de sus ritos, muy
similar al de otras muchas sectas, por lo que las autoridades de Roma lanzaron
la primera gran persecución religiosa del Imperio romano contra los adeptos del
dios Baco, acusándolos de cometer actos inmorales y de brujería durante sus
ritos nocturnos.
Afortunadamente hoy en día podemos disfrutar de nuestra
sexualidad plenamente, como dice la canción de Morena Mía de Miguel Bosé, “uno
el sol que te alumbra, dos tus piernas que mandan, somos tres en tu cama… ó ¿6?” la
puerta está abierta para entrarle Sin
Pena, no rodaran cabezas.
Escrito por Brenda Galindo.
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